Ayer me sentía a morir, me dormí forzosamente esperando que el dolor cesará al día siguiente. Así que me mentalice en tener un sueño reparador. En cada respiración le pedía a mi cuerpo recuperarse, así fue hasta quedar dormido.
Me desperté repetidas veces en la madrugada, y en uno de esos intervalos, tuve un sueño.
Soñé con ella, tan joven, tan sensual. En lo que antes fue mi hogar, pero estaba ella. Esperando con su cuerpo desnudo mi llegada.
Era como quizás todo debió ser. Cuando decíamos que nos fugaríamos juntos, pero lo pensamos demasiado, hasta que las ganas se esfumaron. Hasta que el demonio de los amores perdidos nos encontró, y entonces una triste realidad nos separó.
En mi sueño estaba ella, y estaba yo. Y entonces no quería despertar, porque al despertar la historia de amor que termino, volvería a terminar.
Ese sueño me hizo recordar una frase de una película que me gusta;
"No es nada raro, que duendes y hadas se encuentren en sueños". -Nuestros amantes.