Eso dijo mi amigo como consejo, cada que te enfrentes a una difícil decisión piensa en lo peor que te puede pasar, una vez dispuesto a enfrentar eso, verás que las consecuencias no son tan malas como pensabas. Quizá deba mencionar que mi amigo termino por suicidarse, pero eso no significa que su consejo sea malo, de hecho muchas veces lo aplico en mi vida.
¿de verdad es tan malo?
El dolor nos ciega tanto que no podemos ver más allá de él.
A veces lo que a priori parece lo más malo que nos puede pasar, termina por ser un favor. Solo piénsalo, cuando te termino tu primer amor sentiste a morir, pero sigues con vida y posiblemente haz encontrado personas mejores y las haz amado más, esa tontería de que el primer amor no se olvida son puras cursilerías. Aunque si hay amores que no se olvidan, pero siempre encontraras alguien más a quien entregarle tu amor.
Esa misma perspectiva puedes aplicarla a todo lo que te pasa, dicen que todo depende de tu manera de ver las cosas.
Así que cada que vayas a hacer algo, pregúntate, ¿Qué es lo peor que puede pasar? Y si estás dispuesto a aceptar las consecuencias, adelante.
Si hablamos de pseudopoetas tambien hablamos de pseudopoesia.
Y eso es todo el artículo, ya puedes irte.
La Pseudopoesía según yo
Ah ¿quieres leer más? Ahora te lo intentaré explicar cómo se lo explicaría a un amigo si lo tuviera.
Un pseudopoeta como me hago llamar yo, es aquella persona que escribe y no necesariamente debe escribir bien, solo escribe. Por lo tanto, la pseudopoesia vendría siendo todo escrito expresado que no necesariamente debe ser un poema. Por ejemplo, si te deja tu novia y en ese momento de tristeza tomas lápiz y papel, podrías escribir algo como:
“Te amo y te amare siempre, aunque la vida nos lleve por caminos separados.
El destino nos unió y… pinc#e infiel jode#e. te amo.”
nota de un futuro poeta
Esa nota que has escrito con todo el amor de tu corazón, bien podría llamarse pseudopoema. Y si continuas escribiendo esas notas podrías llamarte pseudopoeta. Y este ejemplo para nada es lo que me paso a mí.
Una ave negra se ha plantado en una palmera junto a mí, no deja de cantar como queriendo llamar mi atención. En un principio era al molesto, pero después de un rato comienza a sonar como un canto agradable.
De pronto el ave me mira y canta, me mira y canta; como queriendo decirme algo. Es curioso por que se me asemeja a un cuervo, el que quizá sea mi animal favorito, esto producto de la película “el cuervo”, una de mis películas favoritas desde mi infancia. Probablemente esa película sea la culpable de mi gusto por la escena gótica; un tipo vestido de negro que regresa de la muerte para poder vengarse en nombre del amor.
Yo era un niño cuando vi esa película y quede impactado: Música ruidosa, un ambiente gótico, venganza, sangre y un amor que trasciende después de la muerte. Una frase en especial mantengo presente en mi memoria y me ayuda en momentos difíciles: “No siempre lloverá”.
Curiosamente, “El cuervo”, también es un relato de uno de mis autores favoritos: Edgar Allan Poe.
El ave se ha marchado y no me percate cuando, ese es un problema recurrente, me pongo a pensar y pierdo de vista el mundo real. Espero no me cause algún problema grave en un futuro. Hasta ahora, he sobrevivido.
Ya estábamos demasiado rotos,
Ya nada sería suficiente;
Ni el tiempo, ni el amor.
Ya nunca volveríamos a ser lo que fuimos.
El final fue inevitable,
y fue lo mejor para los dos.
Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizás no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.
Este cariño triste, y apasionado, y loco,
me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No sé si te amé mucho... no sé si te amé poco;
pero sí sé que nunca volveré a amar así.
Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo,
y el corazón me dice que no te olvidaré;
pero, al quedarme solo, sabiendo que te pierdo,
tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.
Te digo adiós, y acaso, con esta despedida,
mi más hermoso sueño muere dentro de mí...
Pero te digo adiós, para toda la vida,
aunque toda la vida siga pensando en ti.
Poema de la despedida
José Ángel Buesa
Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
A veces, es mejor aprender a decir adiós. a veces, ni siquiera es tu decisión, pero debes respetar que esa persona ya no pertenece a tu lado.
Aprender a decir adiós aunque no quieras que se vaya, es la más grande muestra de amor que puedas dar, a esa persona y a ti. Porque ahora, el amor por ti es más grande.
No me había detenido a pensarlo, pero, ya paso poco más de un año y poco recuerdo de ti. Mejor dicho, poco me hace sentir tu recuerdo. Es extraño que lo que un día fue el amor de tu vida hoy ya no pertenezca a tu vida. Y es aún más extraño pensar que habrá alguien a quien ame más.
Poco a poco se va desvaneciendo, ya no duele tu recuerdo.
Entonces me pregunto, ¿qué pasará cuando te olvide?
Entre la multitud, destaca una luz.
Es tu sonrisa, eres tu.
Yo te observo desde mi rincón de oscuridad,
Esa luz que emanas me hace querer ir contigo,
Pero tengo miedo, llevo tanto tiempo en este lugar...
Hay un momento de tu vida, cuando te rompes al grado de perderte y te das cuenta que has dejado de ser tu. Entonces tomas conciencia y comienzas la travesía para volver a encontrarte.
Recuerdo esa ocasión, perdí tanto la cabeza que hoy volteo a ver esa escena y no me reconozco, pero quizá esa sea la mejor manera para darse cuenta, para decidir no volver a estar en esa situación.
Entonces te alejas de esas personas que te hacen daño, te alejas de esos hábitos que te matan lentamente, y evitas a toda manera, permitir que roben la paz que tanto te ha costado recuperar.
Ayer me sentía a morir, me dormí forzosamente esperando que el dolor cesará al día siguiente. Así que me mentalice en tener un sueño reparador. En cada respiración le pedía a mi cuerpo recuperarse, así fue hasta quedar dormido.
Me desperté repetidas veces en la madrugada, y en uno de esos intervalos, tuve un sueño.
Soñé con ella, tan joven, tan sensual. En lo que antes fue mi hogar, pero estaba ella. Esperando con su cuerpo desnudo mi llegada.
Era como quizás todo debió ser. Cuando decíamos que nos fugaríamos juntos, pero lo pensamos demasiado, hasta que las ganas se esfumaron. Hasta que el demonio de los amores perdidos nos encontró, y entonces una triste realidad nos separó.
En mi sueño estaba ella, y estaba yo. Y entonces no quería despertar, porque al despertar la historia de amor que termino, volvería a terminar.
Ese sueño me hizo recordar una frase de una película que me gusta;
"No es nada raro, que duendes y hadas se encuentren en sueños". -Nuestros amantes.