poema Rojo atardecer | Pseudopoeta

Faltaban 5 minutos para el anochecer, se podía sentir la brisa del mar y un frio viento recorrer la bahía.
Tenía que besarla, lo sabía, lo quería. Pero mi cuerpo no respondía.
Ahí estábamos los dos, ella y yo sentados en la arena contemplando un rojo atardecer. Dos cobardes que nunca se dieron ese beso que pudo haber cambiado el rumbo de sus vidas.
Nunca más volvimos a estar tan cerca como en ese momento.

Victor Giles | Pseudopoeta
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