Llevaba poco más de dos horas sentado en mi lugar de trabajo. Ciertamente comenzaba a entumirme pero solo me volvía a acomodar en la silla. Hasta que de pronto, el reloj que compre recientemente vibra para mostrarme una notificación:
Levántate, y muévete.
Era como sí mí subconsciente me hablara a través de mi reloj inteligente. Pensé ignóralo, pero comencé a sentirme mal, como si estuviera ignorándome a mí mismo. Así que me puse de pie, y caminé en los alrededores de ese pequeño espacio donde debía permanecer.
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