Una ave negra se ha plantado en una palmera junto a mí, no deja de cantar como queriendo llamar mi atención. En un principio era al molesto, pero después de un rato comienza a sonar como un canto agradable.
De pronto el ave me mira y canta, me mira y canta; como queriendo decirme algo. Es curioso por que se me asemeja a un cuervo, el que quizá sea mi animal favorito, esto producto de la película “el cuervo”, una de mis películas favoritas desde mi infancia. Probablemente esa película sea la culpable de mi gusto por la escena gótica; un tipo vestido de negro que regresa de la muerte para poder vengarse en nombre del amor.
Yo era un niño cuando vi esa película y quede impactado: Música ruidosa, un ambiente gótico, venganza, sangre y un amor que trasciende después de la muerte. Una frase en especial mantengo presente en mi memoria y me ayuda en momentos difíciles: “No siempre lloverá”.
Curiosamente, “El cuervo”, también es un relato de uno de mis autores favoritos: Edgar Allan Poe.
El ave se ha marchado y no me percate cuando, ese es un problema recurrente, me pongo a pensar y pierdo de vista el mundo real. Espero no me cause algún problema grave en un futuro. Hasta ahora, he sobrevivido.
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